Tóxico de la Guerra Fría vuelve por el cambio climático



El cambio climático descongela un secreto altamente tóxico de la Guerra Fría

Fecha de Publicación
: 18/08/2016
Fuente: HispanTV
País/Región: Estados Unidos - Internacional


Residuos tóxicos de una antigua base militar de EE.UU. enterrada bajo la nieve en Groenlandia podrían quedar expuestos a finales de siglo.
La llamaban la ciudad bajo el hielo y así ha quedado, enterrada bajo la nieve, desde que en 1967 fue abandonada y parcialmente desmantelada. Camp Century fue una base militar que los estadounidenses construyeron en 1959 en Groenlandia, un territorio de Dinamarca.
En plena Guerra Fría, la isla era un lugar estratégico, pues la ruta por el Ártico era la más corta entre EE.UU. y la antigua URSS. Así que en 1951 los estadounidenses acordaron con los daneses defender Groenlandia de posibles ataques soviéticos construyendo varias bases aéreas en ese inhóspito lugar.
Ocho años después, los ingenieros del Ejército estadounidense levantaron a unos 200 kilómetros de la costa de Groenlandia la base de Camp Century, que albergó a entre 85 y 200 soldados. Para abastecerla de energía, instalaron un reactor nuclear.
Pero lo que los americanos ocultaron a los daneses es que la base también sería utilizada para preparar el desarrollo de un programa de alto secreto, denominado Proyecto Iceworm (Gusano de Hielo), que evaluaría si era viable construir plataformas de lanzamiento de misiles nucleares situadas cerca de la URSS.

Residuos tóxicos enterrados
Nunca se llegó a construir esa gran instalación. Varios años después, el Proyecto Gusano de Hielo fue descartado y la base quedó en desuso. Los estadounidenses retiraron la cámara que albergaba el reactor nuclear, pero dejaron el resto de las infraestructuras y los residuos tóxicos generados durante su uso, asumiendo que el hielo los dejaría enterrados para siempre. La nieve, sin embargo, los dejado a una profundidad de unos 35 metros.
Sin embargo, un estudio publicado a principios de agosto en la revista Geophysical Research Letters alerta de que el aceleramiento del deshielo debido al cambio climático podría dejar al descubierto esos peligrosos residuos, con el consiguiente impacto ambiental.
Según sugieren los modelos climáticos usados para este estudio, el lugar del corazón de Groenlandia donde se construyó la base podría comenzar a derretirse antes de que acabe el siglo, hacia 2090, cuando la cantidad de nieve derretida supere a la nieve que cae.
Según precisan los investigadores, los restos de Camp Century se extienden por una superficie de 55 hectáreas (equivalentes a unos 100 campos de fútbol aproximadamente). Calculan que bajo el hielo hay 200.000 litros de combustible diésel y 240.000 litros de agua contaminada (que incluye aguas residuales), a lo que hay que añadir una cantidad indeterminada de refrigerantes radiactivos procedentes del reactor nuclear.
Asimismo, basándose en los materiales que se usaban en aquella época en las construcciones del Ártico, creen que el área podría contener policlorobifenilos (PCB) o bifenilos policlorados, compuestos tóxicos para la salud humana. Cuando el hielo se derrita, advierten los investigadores, los productos contaminantes podrían llegar al océano, generando un grave impacto en los ecosistemas marinos.
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