Lovelock: "El cambio climático ya es imparable"

James Lovelock: "El cambio climático ya es imparable"

Fecha de Publicación
: 11/04/2014
Fuente: El Mundo (España)
País/Región: Internacional


«Tengo la sospecha de que la Tierra se comporta como un gigantesco ser vivo». James Lovelock trabajaba como científico para la NASA, a finales de los años 70, inventado sofisticados instrumentos para el análisis de la atmósfera marciana, cuando puso al tanto de su sospecha a su amigo William Golding, el autor de El señor de las moscas.
Golding se mesó la barba y celebró el hallazgo de su colega. «Tenemos que encontrarle un buen nombre a lo que me cuentas ¿Qué tal la hipótesis Gaia?» Lovelock sintió un rayo fulminante, comparable sólo al que había experimentado cuando se le ocurrió la idea, contemplando la imagen de la Tierra fotografiada por los astronautas de las misiones Apolo. «¿Cómo no voy aceptar ese nombre, viniendo de un Premio Nobel?»
Y así fue como empezó a orbitar la teoría de Gaia, cuestionada en sus tiempos y aún hoy, aunque considerada como una aportación vital para una aproximación más holística al planeta, fundamental para entender la complejidad de los ciclos terrestres e hincarle el diente a esa asignatura tan polémica llamada «ciencia del clima».
A sus 94 años, Mr. Gaia (como popularmente le conocen) acaba de entrar por la puerta grande del Museo de Ciencia de Londres, que en 2012 adquirió sus archivos y desde esta semana los exhibe en una exposición -Unlocking Lovelock- que coincide nada casualmente con su nuevo libro (A Rough Ride to the Future, algo así como Una carrera dura hacia el futuro).
Lovelock reconoce a EL MUNDO que sus funestas predicciones de hace apenas ocho años en La venganza de Gaia estaban equivocadas. «Yo mismo caí en el alarmismo y lo cierto es que las temperaturas no han aumentado como se esperaba en la superficie terrestre», admite. «Pero no podemos ser complacientes, porque las temperaturas de los océanos sí han aumentado, y eso explica tal vez la sucesión de tormentas, inundaciones y episodios de clima extremo que estamos viviendo».
«Nadie puede tener la certeza de lo que está ocurriendo, y en este debate hacen tanto daño los negacionistas como los fundamentalistas en el otro extremo», advierte el viejo científico. «Aunque para mí no cabe duda que el hombre es responsable de esta evolución acelerada en los últimos 300 años, lo que se ha dado en llamar con acierto el Antropoceno».
Llegados a este punto, sostiene Lovelock, ningún gobierno -«ni democrático, ni dictatorial»- va a ser capaz de reducir con efectividad las emisiones de CO2 en un futuro inmediato. «El proceso ya es imparable, así que lo mejor que podemos ir haciendo ya es protegernos y adaptarnos a los cambios que nosotros mismos hemos provocado», advierte el científico, que clama en su nuevo libro por lo que llama «la retirada sostenible».
«Tenemos que aprender a vivir de otra manera. No es el momento de hacer política, sino de buscar soluciones pragmáticas. Por ejemplo, creando ciudades bien planificadas y resistentes al cambio climático, como Singapur. Se supone que somos criaturas inteligentes e inventivas, seguro que podemos adaptarnos».
Tan acuciante como el problema del clima, según Lovelock, es el de la sobrepoblación del planeta: «Somos muchos. La Tierra no puede soportar mucho más la presión de más de 7.000 millones de seres de nuestra especie. En el futuro, después de este período turbulento que nos espera, seremos inevitablemente menos. No me pregunte cuántos».
El fin de la «era de la energía barata» puede precipitar aún las cosas, y aquí Lovelock se vuelve a desmarcar claramente de su legión de seguidores en la filas del ecologismo. ¿Sigue apoyando la energía nuclear después de Fukushima? «Por supuesto. Se han dicho muchas mentiras y se ha aprovechado como propaganda lo que ocurrió en Japón. ¿Cuántas personas murieron en el tsunami? Más de 20.000 creo. ¿Cuántas por radiación? Ninguna».
Sostiene Lovelock que la energía solar no va ser suficiente, y cree que el futuro debería estar a caballo entre los modelos antitéticos de Francia y Alemania (nuclear y renovables). Su resistencia pertinaz a la energía eólica -por su profunda relación con la campiña inglesa- ha menguado algo en la última década, y tampoco le parece mala solución el fracking (la extracción del gas natural por el controvertido método de la fractura hidráulica) para ampliar el mix energético.
En la exposición del Museo de Ciencia de Londres (titulada algo así como "Descerrajando a Lovelock", aprovechando el juego de palabras con su apellido) podemos contemplar precisamente su forja como científico, desde su fama de alumno rebelde en la Strand School de Londres al regalo que le hizo su padre cuando tenía diez años y que cambió su vida: "Me dio un kit eléctrico casero, y yo mismo aprendí a montarlo".
Por falta de medios económicos no pudo ir directamente a la universidad, y el paréntesis hasta que estudió Química en la Universidad de Manchester fue fundamental para explorar por su cuenta todas las ramas posibles de la ciencia, incluida la Medicina, que luego estudió en Yale. Interdisciplinar por naturaleza, su inventiva le abrió las puertas del Laboratorio de Propulsión de la NASA en Pasadena, donde participó en los programas Viking y donde surgió su "flechazo" con Gaia.
Su lista particular de inventos (asegura que haber ideado incluso la base del horno microondas) llena la mitad de la exposición en el Museo de Ciencia, donde gran parte del protagonismo se lo lleva el famoso detector de captura de electrones, el ingenio usado en la cromatografía de gases y que sirvió para descubrir el papel de los clorofluorocarburos en la destrucción de la capa de ozono, ahí es nada... "Fue un invento pequeño, que nos permitió dar un gran paso en defensa de Gaia".
Se sigue considerando «verde a la vieja usanza», aunque arremete contra una facción del ecologismo, «por haberlo convertido en una religión». Su rabiosa independencia, asegura, le permite desmarcarse y desdecirse todas la veces que haga falta, si alguien le convence de que ha cometido un error: «Así es como avanza la ciencia».
.

0 comentarios:

Buscar este blog

Blog Archive

Temas

Archivo de Blogs