El mundo debe bajar la contaminación lumínica

El mundo debe bajar la contaminación lumínica

Fecha de Publicación: 15/02/2012
Fuente: portafolio.co
País/Región: Internacional



Los edificios iluminados en la noche, fuera de generar un mayor consumo de energía, producen brillos intensos que afectan el ecosistema.
En el mundo moderno, la contaminación no se limita únicamente a la producida por el humo que emiten los carros y las fábricas, también existe otra clase de polución a la cual no se le ha prestado la atención necesaria, pero que también ocasiona perturbaciones a los seres vivos y al ecosistema. Se trata de la lumínica.
De acuerdo con los análisis realizados por el área ambiental de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sanitaria y Ambiental (Acodal), el primer gran impacto negativo que tiene este fenómeno se refleja en el cambio climático.
Le siguen las repercusiones que tiene sobre la salud visual de los colombianos, porque, consciente o inconscientemente, el ojo humano recibe permanentemente efectos lumínicos de toda clase, como por ejemplo, luces altas de los vehículos, usadas innecesariamente, imágenes en movimiento provenientes de cambios bruscos en los sistemas de iluminación pública y privada.
“Además de ocasionar el correspondiente cansancio visual, favorece la ansiedad y el estrés”, indica Germán Morales, jefe de Healt Safety Enviroment de Schneider Electric. Igualmente, otros seres vivos se ven perturbados, debido a que la luz es un parámetro fundamental de la vida, donde juega un papel informativo (alteración día-noche) y energético (fotosíntesis y calor).
Por eso, se observa en muchas ocasiones, “gran cantidad de insectos atrapados girando alrededor de las luminarias, lo cual impide su alimentación y apareamiento, y mueren por calor o choques; y por consiguiente se destruye, en gran parte, la pirámide alimenticia de otros animales como pájaros, murciélagos y anfibios”, señala el ingeniero Néstor de Jesús Zapata, en un estudio que hizo en el 2008, titulado ‘Impacto Ambiental de los Sistemas de Iluminación- Contaminación Lumínica’.
Desde el punto de vista de los costos del sector productivo, “existe una alta percepción de desperdicio del recurso lumínico en muchas dependencias, tanto públicas como privadas, como el uso de luz en todo un piso, cuando solo se requiere en una mínima parte del espacio.
Igualmente, es notorio el empleo de avisos luminosos durante toda la noche, cuando en realidad desde ciertas horas ya no hay observadores para los mismos”, dice Maryluz Mejía de Pumarejo, presidenta de Acodal.

¿Qué se ha hecho?
Para controlar esta situación, en Colombia “existe el Programa de Uso Racional y Eficiente de la Energía y demás Formas de Energía no Convencionales (Proure) que, en muchos de sus aspectos, está por desarrollar y, sobre todo, aplicar, en beneficio de la comunidad y en especial del ambiente", dice Mejía. También se ha a regulado las luminarias, para que no emitan luz por encima de los límites permitidos del flujo luminoso.
Para disminuir estas alteraciones, por ejemplo, más de 17 ciudades de Estados Unidos y varias de Canadá han adoptado el programa ‘sin luces’, con el cual solicitan a las empresas reducir la iluminación o apagar totalmente las iluminaciones decorativas durante la temporada de migración de las aves, porque estas confunden su trayectoria y millones mueren al año al estrellarse contra las ventanas de vidrio.
Además, hay campañas como la ‘Hora del Planeta’, en la que se invita a apagar las luces durante 60 minutos y que es promovida por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el último sábado de marzo de cada año, busca que tanto las autoridades como toda la población hagan buen uso de los sistemas lumínicos.
La presidenta de Acodal considera también que se deben desarrollar estrategias masivas que sensibilicen a la comunidad, si se tiene en cuenta que la mayor parte del consumo energético se produce en el sector residencial.

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